lunes, 13 de julio de 2015

Cuidar es importante, pero querer es necesario

Hola a todos; ha pasado mucho tiempo desde la última vez que escribí... Han pasado muchas cosas, acontecimientos muy importantes, así como cambios. Entre ellos, cambio de trabajo, la independencia total y cambios a nivel personal, muchos.
Los cambios a veces asustan... No hay que tenerle miedo al cambio, las cosas van viniendo y hay que saber encajarlas lo mejor posible. En estos meses que llevo sin escribir he aprendido mucho, y he conocido a muchas personas que han hecho que me guste más aún mi profesión, y que me de más cuenta aún de lo mucho que merece el esfuerzo por aprender cada día un poquito y ser mejor persona y mejor veterinaria.
Abuelo, se que te debo una entrada, no me olvido, y será como te mereces, pero se que allá donde estás, lo entiendes, y sabes que, aunque esto no fue un éxito, tú estás presente todos los días, en las malas y en las buenas, porque sé que eras una de las personas que más valoraba mi esfuerzo, mi trabajo y mis ganas, y porque lo que soy hoy, te lo dedico a ti, por tu apoyo desde que dije lo que quería ser de mayor y tus ideas disparatadas que a veces me sacaban de quicio, pero yo sé que lo hacías con la mejor de tus intenciones y con la idea de animarme un poquito más... Y mira, aquí estamos jejeje.
Pero hoy voy a hablar de esas personas con las que lidio día a día. Con algunas me peleo, con otras sencillamente me resigno y después están LAS PERSONAS, esas que hacen lo que sea por su mascota, que pasa a ser un miembro de la familia.
Hace unos diez días entraste aquí, pequeña Lupa, con una infección vírica que tememos y odiamos: el parvovirus... Para los que no sepan de lo que hablo, el parvovirus canino es una enfermedad que afecta con más frecuencia a los cachorros y es potencialmente mortal.
Hicimos todo lo que pudimos pequeña, tus dueños se volcaron en ti, tu dueña se desvivía por venir a verte y cuidarte todas las tardes, pero finalmente tu cuerpecito no aguantó más y decidiste descansar. Tu amiga nos regaló un pequeño homenaje y yo quería devolvérselo dedicándote esto a ti y a ella. No merecías marcharte, no te lo merecías tú, ni se lo merecía tu familia. Fueron diez días; se dice pronto, pero en ese tiempo te cogimos cariño (y hablo por todos, tú ya nos conoces) y con tu partida quedamos todos afectados, pero yo se que irás a un buen sitio; seguramente ya tengas conocidos, pero pregunta por los míos, ellos te harán compañía y haréis una gran pandilla, que son unos cuantos; que no te asusten Colina, Lánzelot y Koku, más allá de su altura son unos pedazos de pan.
Su dueña, nos hizo un regalo que nos tocó el corazoncito a todos, un regalo que, aunque triste, nos hace seguir con más ganas aún, hace que sintamos orgullo de nuestro trabajo y que queramos ser mejores profesionales cada día. Al pie adjuntaré su nota.
Hoy fue un día triste, una serie de acontecimientos que nos dejaron con los ánimos por los suelos; pero Lupa, por ti mañana volveremos con más fuerzas; no nos olvidaremos de ti jamás, y como dice tu dueña "cuidar es importante, pero querer es necesario", pero si unes las dos cosas, entonces ya formamos un binomio infalible, y eso haremos; primero porque vosotros os lo merecéis, y porque sois el motivo por el que nos levantamos cada mañana y venimos aquí con todas las ganas del mundo, y segundo, porque hay propietarios como los tuyos que se lo merecen, y son los que hacen que recupere un poquito la fe en la humanidad, que hay personas que todavía merecen la pena y que no todo está perdido.
Así que esta entrada es para ti, pequeña Lupa. No te olvidaré, te lo prometo, estarás presente en mi día a día, y me acordaré de ti en los peores momentos para poder salir y arrancar con más fuerza. Adiós chiquitina, siento no haber podido hacer más por ti, descansa allá donde estés.


Preciada Sandra,
La primera vez que te vi no me gustaste nada (pero nada de nada) porque vi que te llevabas bien con el hombre de las agujas. Cuando cogiste una, pasé a considerarte la mujer de las de las agujas... Pero cuando por la mañana me diste mimos, pasaste a ser mi Sandra favorita.
Quiero que sepas que nunca, nunca (pero nunca, nunca!) olvidaré el cuidado con el que me trataste: tus "voy a aprovechar ahora que está tranquilita para..." y también la paciencia que tenías para aguantar a mi humana E. metida media tarde donmigo.
Siento mucho haber sido una llorona, pero tienes que entender que yo también quería jugar con Reina, Leo y Malick, jo...
Me tengo que despedir (que me son horas) pidiéndote que por favor, disfrutes de tu oficio, porque curar es un arte noble, pero necesito además, que sepas que el hecho de que yo me fuera no debe hacerte fría delante de otros como yo que tengas que cuidar. Dales mimo vale? Cada vez que lo hagas, ya sea mimando o dándole una segunda oportunidad a alguien que merezca vivir a cuerpo de Reina, recuerda que me haces feliz, muy muy muy feliz.
Cuidar es importante, pero querer es necesario!
Nunca lo olvides
Nunca me olvides
Tu Lupa