jueves, 25 de julio de 2013

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No se ni cómo empezar... La noticia con la que nos fuimos para cama... Y con la que nos hemos levantado, con datos desoladores e imágenes que nos llenan de impotencia y frustración...

No sé ni cómo comenzar la entrada... Ni siquiera sé si debería escribirla, pero es algo que necesito expresar, sé que ni mi apoyo, ni el de nadie, ya sea el Rey o un deportista de renombre, va a aliviar el dolor de víctimas y familiares, pero quiero escribir lo que se me pasa por la cabeza, como una vía de escape.

Cuántos sueños, ilusiones, vidas que comenzaban, se han hecho añicos hace apenas 24 horas; cuántas familias han quedado destrozadas irreparablemente...

Es muy triste que ocurran estas desgracias; con esto nos damos cuenta de cuán frágiles somos, de cómo nuestra vida, nuestra "insignificante" vida da un giro de 360º en apenas 1 segundo; nuestros problemas cotidianos pasan a ser secundarios, insignificantes; nos paramos a pensar en lo afortunados que somos de no haber sido salpicados por una catástrofe que nadie merecía; y es que somos tan cínicos e hipócritas que tiene que pasar algo de tal magnitud para que valoremos lo que tenemos.

No puedo terminar esta entrada sin mostrar mi orgullo y admiración a todos aquellos héroes anónimos que ayudaron en el accidente de forma voluntaria, prácticamente instintiva, y completamente altruista, que nos hacen creer que no todo está perdido y nos permiten mantener un atisbo de esperanza en el ser humano.

Pero tampoco puedo cerrarla sin mi decepción ante los medios de comunicación, que pretenden hacer un "Reality Show" de las tragedias; han demostrado tener una falta de sensibilidad tremenda; unos haciendo debate, los otros más preocupados de la cantidad de psicólogos disponibles más que de los medios disponibles, médicos o material de primera necesidad (y con esto no quiero decir que los psicólogos sean innecesarios, pero hay que tener prioridades), y otros hablando de las condolencias de Cristiano Ronaldo y, con la misma, pasaban a hablar de fútbol; ni qué decir tiene la repetición de las imágenes, una vez tras otra, del descarrilamiento del tren, ni de los enfoques a las víctimas, sacando imágenes de los cadáveres cubiertos con mantas y de las personas heridas que reposaban sobre las vías; no tenéis vergüenza, nuestros medios de comunicación, incluidos los telediarios (que tienen más delito), se han convertido en prensa sensacionalista, morbosa y sin escrúpulos; era preferible que, en lugar de publicar las imágenes, os dedicaseis a informar en la medida de lo posible a los familiares de las víctimas y proveer de una información transparente y sensible al resto de los ciudadanos.

El día que iba a ser el más importante de Galicia ha quedado marcado para siempre como el día más trágico. Desde aquí todo mi apoyo y cariño a las víctimas.